jueves, septiembre 08, 2005

Educación Técnica Profesional

A continuación, se transcribe parte del discurso de la senadora Amanda Isidori, con motivo de tratarse en la Cámara Alta el Proyecto de Ley de Educación Técnica Profesional.

"Llegamos hoy, en este Senado, a debatir y analizar una ley de educación técnica profesional. Pero creo que sería sumamente importante que no nos perdamos un episodio de esta historia. Y esta historia que hoy vivimos y de la que somos protagonistas comienza en 1995, cuando se aprueba la Ley Federal de Educación, que omite la educación técnica, porque estaba respondiendo a un proyecto político, social y económico a espaldas de la identidad, de la historia y de las necesidades de nuestro país.

Y es ahí, entonces, que hoy podemos justificarnos, aun reconociendo expectativas favorables a esta iniciativa, porque estamos cubriendo un espacio que durante mucho tiempo se dejó abandonado. Evidentemente, se condenó al país a un modelo que no respondía a las necesidades del desarrollo humano y económico de los argentinos.

Pero también es importante recordar que el proyecto del Poder Ejecutivo que ingresó a la Cámara de Diputados -como señalaba la miembro informante- venía enmarcado en la Ley Federal de Educación, cuando es conocido por todos el clamor generalizado de los distintos sectores de la sociedad argentina para comenzar a generar espacios de análisis y de debate que modifiquen esa ley o nos permitan ir generando una nueva ley de educación que sea integral, abarcativa y, fundamentalmente, que responda a las necesidades de un país que quiere crecer.

Por eso, señor presidente, nobleza obliga a señalar que en términos generales me satisface el proyecto de ley que hoy estamos debatiendo. Tiene aspectos sustanciales y fundamentales en los que seguramente coincidiremos todos, como la necesidad de fortalecer, recuperar y valorar la educación técnica de nivel medio y profesional y la imperiosa necesidad de que en el más breve plazo podamos superar el desorden y el abandono que ha caracterizado a la educación técnica, la cual ha sobrevivido gracias al esfuerzo de algunas provincias, por no decir gracias a la inteligencia de algunas jurisdicciones que no aplicaron la Ley Federal de Educación.

En ese marco, entonces, debemos pensar que los tiempos se agotan, que las demandas crecen y que nos tenemos que decidir desde este Parlamento argentino a comenzar a debatir una nueva ley de educación. Es lo que el bloque de la Unión Cívica Radical hubiera deseado se contemple en este proyecto de ley, con un agregado de transitoriedad que nos permitiera visualizar que la modalidad técnica estuviese incorporada dentro de la ley general de educación.

Expresé que existen avances sustantivos que contiene el proyecto, tal como ha manifestado la señora miembro informante, pero también debo decir que el proyecto original fijaba para el plan de estudios de la educación técnica y profesional tres años. Sin embargo, el esfuerzo de todos los bloques revirtió y logró modificar ese aspecto, llevándolo a seis años.

Las dudas que hoy subsisten en determinados sectores sobre los alcances de este proyecto de ley no son atribuibles a nadie. Simplemente, entiendo que la explicitación de algunos aspectos podría llevar al convencimiento y a la adhesión general.

(...) voy a insistir en la necesidad de que esta Cámara interprete hoy nuestra
posición y nuestro sentir y que dé lugar a modificaciones del proyecto, con el único sentido e intencionalidad de mejorarlo, enriquecerlo y lograr que sirva a la generalidad.

Pero hay otro aspecto fundamental, que es el relativo al consenso. Como dijera la miembro informante, en la Cámara de Diputados el proyecto fue aprobado por la mayoría del oficialismo, no así de los bloques de la oposición. Siempre digo que los seres humanos aprendemos de los errores; de los aciertos simplemente nos jactamos. No volvamos a cometer el error de aprobar una nueva ley sin el consenso suficiente.

Apelo a la mayoría oficialista para que atienda a las modificaciones, que no cambian el espíritu pero sí mejoran la letra, echan claridad y producen tranquilidad en aquellos hacia quienes va dirigido el proyecto de ley.

Es importante rescatar el tema de los títulos que contiene el proyecto: asegura la calificación y la acreditación, la homologación y certificación de actividades laborales, prevé una formación integral, busca asegurar la equidad en el acceso y permanencia dentro del sistema, aun cuando estemos en desacuerdo respecto de la redacción del artículo, porque creo que las garantías para el ingreso, permanencia y egreso del sistema deben ser para todos, y luego, en un segundo párrafo, atender a quienes estén en desventaja.

Pero tal vez lo más importante y sustancial de la razón de esta insistencia del bloque radical en introducir modificaciones se deba fundamentalmente a una superposición de organismos en torno del gobierno y la administración de la educación técnica en nuestro país, que va en detrimento del órgano federal por excelencia, que es el Consejo Federal de Educación.

Y no puedo dejar de señalar, señor presidente, la suma de atribuciones y funciones que concentra el INET, el único de los tantos que se mencionan en el proyecto que tiene carácter unipersonal. Creo que sería importante dejar perfectamente sentada la articulación federal, sumamente difícil y, al mismo tiempo, el respeto irrestricto de las autonomías provinciales.

Incluso en la consulta que los senadores hemos hecho –por lo menos, yo lo he hecho en mi provincia—, el gremio docente de mi provincia me señalaba la utilización de los términos “servicios educativos” y me decía que es muy diferente un Estado proveedor de servicios que un Estado garante de derechos.

Por último, existe un aspecto sustancial, que es la creación del Fondo de Financiamiento de la Educación Técnica, donde no se incluyen los mecanismos y criterios de distribución. Y esto es preocupante, sobre todo para nosotros, para todos y cada uno de nosotros que representamos los intereses y el bienestar de cada una de nuestras provincias (...) solicito que se haga lugar a las modificaciones contenidas en el dictamen de minoría sobre el proyecto de educación técnica y profesional", informó la titular de la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología.

Luego de varias horas de debate,el Senado aprobó en general, por 34 votos a favor contra 18, y convirtió en Ley el proyecto con el cual el Gobierno nacional busca ampliar la formación básica de la educación técnica, fortalecer las instituciones y ampliar los conocimientos científicos.